Friday, June 6

El poder de las ideas: Damián Pereyra y su participación en el encuentro internacional sobre IA organizado por EE.UU.

Hay momentos en que las fronteras se desdibujan. No porque los mapas cambien, sino porque las ideas, cuando se comparten con propósito, tienen el poder de convertir la diversidad en una fuerza colectiva. Algo de eso vivió Damián Pereyra, cuando representó a la Argentina en el encuentro internacional “AI for Prosperity – Innovation and Economic Growth in the Americas”, una iniciativa organizada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, DCN Global, World Learning y la Embajada de los EE. UU. en nuestro país.

Viví una experiencia increíble“, confesó Pereyra en exclusiva con Multiviral. “Fue un honor compartir visiones y aprendizajes con personas maravillosas de distintas culturas y trayectorias. Este encuentro no solo nos brindó herramientas, sino también conexiones valiosas que, sin dudas, son el punto de partida para nuevos proyectos y colaboraciones”.

El evento reunió a una comunidad de “cerebritos”, como él mismo los llama, en torno a un desafío compartido: cómo convertir la inteligencia artificial en un motor ético, inclusivo y sostenible para las Américas. Más allá de los proyectos específicos —que, como aclaró, están bajo acuerdo de confidencialidad—, lo que se vivió fue una sinergia que dejó huella.

“A grandes rasgos, fue un espacio en donde, hablando en lenguaje criollo, unieron a cerebritos de todas partes del mundo y se llevaron adelante temas de innovación, de inteligencia artificial, de desarrollos tecnológicos actuales”, relató. “El objetivo de este encuentro, más allá de presentar proyectos específicos, también fue unir a diferentes emprendedores, empresarios y profesionales de todas partes del mundo para que se cree sinergia entre los diferentes perfiles”.

Pereyra, con base en Argentina y una trayectoria enfocada en soluciones tecnológicas con impacto humano, llevó al encuentro algo más que saberes técnicos: llevó una mirada latinoamericana. Una mirada que entiende que sin inclusión, no hay futuro sostenible. Por eso, para él, el principal desafío de la región es claro: “El tema de la educación. Mejor dicho, la educación digital. Ese es el principal desafío… hay muchas personas que no saben de qué se trata todo esto. Hay otras que creen saberlo y no lo saben tampoco, o creen que pueden implementar bots en todas partes, y no es así. Y hay otras que le tienen miedo”.

Con honestidad y cercanía, Damián compartió una anécdota reveladora: “En una de las presentaciones pusieron la imagen de Terminator, ¿viste? Y decían, ‘Muchas personas creen que es esto, que se viene esta era’. Y bueno, no es tan así. La inteligencia artificial no es un monstruo. Pero para desarmar esos miedos, hace falta educación”.

Esa convicción atravesó toda la conversación. La educación no como una meta lejana, sino como el punto de partida. “Hay que establecer eventos y proyectos que tengan como objetivo educar digitalmente a las personas. El tema de las charlas es muy importante. Charlas sobre inteligencia artificial, sobre todo lo que es el desarrollo tecnológico y que cualquier persona se pueda sumar. Eso está buenísimo. Porque de esa manera, cualquier persona que hoy no tiene ni idea de lo que es inteligencia artificial va a empezar a tomar conciencia”.

El foco, insiste, no está puesto solo en quienes trabajan en tecnología. “La educación digital es necesaria para todos los sectores. Para quienes la utilizan cotidianamente y para quienes no la usan y no saben de qué se trata. Es fundamental que la gente tenga conciencia sobre de qué se trata la inteligencia artificial, que no piensen cualquier cosa y que tampoco se equivoquen al querer tomar decisiones, como implementar bots en todos lados”.

Uno de los aspectos que más lo impactó fue el abordaje político del tema en otros países. “Me sorprendieron muchísimo. La manera en que ellos vienen trabajando este tema desde lo privado y desde lo diplomático o político. Ya hay países muy avanzados en donde tienen comisiones trabajando con respecto a la inteligencia artificial, en los parlamentos, en los congresos. Ya vienen abordando esos temas de manera quizás más avanzada que otros países”.

Esa comparación lo llevó a una reflexión incómoda pero necesaria: “Eso está bueno porque te ubica en el punto en el que nos encontramos hoy como país, como Argentina, en base a estas innovaciones y avances tecnológicos”.

¿Y qué hacer con esa conciencia? Pereyra lo tiene claro: capitalizarla. “Detectamos muchas oportunidades entre los miembros. Pude conocer a muchísimas personas que vienen trabajando en mi sector y vimos la oportunidad de unir fuerzas. Me llevé varios proyectos en donde, desde nuestro lugar, desde nuestras empresas, podemos colaborar, ayudarlos a que sigan creciendo y también transmitirles experiencias que les sirvan para tomar decisiones”.

Además de educación, surgieron otros temas vitales: “También tratamos temas como la gobernanza de datos. Veíamos que cada país tiene sus formas diferentes. Entonces empezás a capitalizar experiencias de diferentes referentes de distintos países y lo traés acá a Argentina, en mi caso. Cada uno hará lo suyo en su país. Pero eso también es otra forma de capitalizar, porque aprendés formas de trabajo, buenas prácticas, incluso errores que no queremos repetir”.

El impacto esperado, en palabras simples, es concreto y humano: “La gente tiene que saber utilizar la inteligencia artificial como una herramienta más para su trabajo, para su vida cotidiana”.

El futuro no llega solo. Se construye. Y se construye entre muchos. Lo que vivió Damián Pereyra 

no fue solo una experiencia internacional: fue una señal de lo que puede ocurrir cuando el conocimiento se comparte y cuando la tecnología se pone al servicio de la gente. “Nos trajimos muchísima experiencia”, dice. “Y vamos a seguir sumando”.

Así se escribe el porvenir. Con cabeza, pero sobre todo con corazón.

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