
Después del golpe que significó el escándalo de $LIBRA, el mercado argentino de criptomonedas empieza a mostrar signos de recuperación. Los números vuelven a verde, y la confianza, aunque golpeada, encuentra razones para levantarse.
El protagonista indiscutido de esta remontada es Bitcoin, que no solo consolida su presencia en el ecosistema financiero global, sino que lo hace con una fuerza simbólica: supera en capitalización de mercado a Amazon. Con un valor que ronda los $103,000 a $105,000 dólares, Bitcoin vuelve a encender la esperanza en los inversores. Marca subas sostenidas, tanto diarias como semanales, y se convierte otra vez en refugio frente a la incertidumbre económica local.
Este impulso no nace de la nada. Detrás hay señales internacionales claras: expectativas de recortes en las tasas de interés en Europa, avances diplomáticos y un nuevo clima de optimismo comercial global. La confianza en los mercados tradicionales se traslada al ecosistema cripto, y el rebote llega con fuerza también a Argentina.
Y Bitcoin no viene solo. Ethereum rompe la barrera de los $2,300 dólares mientras crece el consenso de que su valor todavía está subestimado. Solana se fortalece con una suba del 2.65% diario, y XRP también da señales positivas, consolidándose por encima de los $2.59. No se trata de un repunte aislado. Hay un movimiento conjunto, un sentimiento de mercado alcista que recorre el ecosistema entero.
Más allá de las diferencias en los valores que reportan las distintas plataformas —variaciones normales entre exchanges y momentos de consulta—, el patrón es claro: el mercado está subiendo. Y lo hace con una energía acumulada que muchos sentían latente, esperando un contexto más favorable para florecer.
Este repunte tiene un valor especial en el contexto local. Luego del desplome de $LIBRA y la crisis de confianza generada por su promoción oficial, la comunidad cripto argentina necesita reconstruir legitimidad. Y en lugar de palabras, responde con hechos: precios que suben, inversores que vuelven, y un sistema que, a pesar de los escándalos, no se detiene.
Los factores internacionales juegan un rol central. La posibilidad de políticas económicas expansivas, la caída esperada de las tasas de interés, y el nuevo tono diplomático entre potencias influyen directamente en el rendimiento de las criptomonedas. Y lo que deja en evidencia este período es que el mercado cripto argentino ya no es una burbuja aislada: responde a las señales del mundo y se conecta cada vez más con las pulsaciones financieras globales.
La volatilidad sigue presente y muchos caminan con cautela. Pero esta recuperación no es solo una tendencia: es también una declaración. La comunidad cripto no se rinde, los inversores siguen atentos y el ecosistema demuestra que, aún en contextos adversos, tiene capacidad de reacción.
Bitcoin lidera. Ethereum y Solana lo acompañan. XRP se suma al impulso. Y detrás de todo, una narrativa que mezcla tecnología, política económica y una búsqueda constante de alternativas frente a los modelos financieros tradicionales.
Argentina, con su historia de crisis y reinvención, vuelve a mirar al mundo cripto con interés, no solo como una apuesta financiera, sino como un territorio de posibilidades.
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