Wednesday, December 11

UNMa y la mentira viral: Como se construyó la Fake News del boliche

Por: Mariano Quiroga

La denuncia sobre un supuesto “boliche clandestino” en un edificio vinculado con la Universidad Nacional de las Madres de Plaza de Mayo (UNMa) expone diversas aristas de las dinámicas políticas y sociales actuales. Este caso no solo pone en evidencia el uso estratégico de la información descontextualizada, sino que también revela cómo las imágenes, la velocidad de circulación de las noticias y la construcción de relatos espectaculares moldean el debate público.

El poder de la imagen descontextualizada

Las imágenes difundidas por el gobierno son el eje de esta polémica. Una foto de una “bailanta”, tomada en el tercer piso de un inmueble que no es utilizado por la UNMa desde 2019, se convierte en la supuesta prueba de una mala administración. Sin embargo, esa imagen no muestra el contexto real ni tiene relación con las actividades de la universidad. Lo que sucede aquí es que la foto reemplaza a los hechos y construye una percepción falsa, pero efectiva. Este fenómeno evidencia una práctica frecuente: la manipulación de imágenes para reforzar narrativas predefinidas.

La rapidez como aliada de la desinformación

En el entorno actual, la información se consume y se comparte a una velocidad que dificulta cualquier análisis crítico. El gobierno instala la acusación en redes sociales y medios afines antes de que las aclaraciones puedan tener impacto. Las desmentidas de la rectora Cristina Caamaño y el exsecretario Horacio Pietragalla, quienes aportan documentos y datos concretos, quedan relegadas. El mensaje inicial, reforzado por imágenes impactantes, ya ha cumplido su función: generar indignación y desviar el foco de atención.

La simplificación de conflictos complejos

El relato oficial no se detiene en explicaciones detalladas ni en la complejidad del conflicto. El ministro Mariano Cúneo Libarona y el vocero Manuel Adorni reducen la situación a frases como “búnker político” o “falta de respeto a los contribuyentes”. Estas simplificaciones son deliberadas: convierten un problema administrativo y presupuestario en un escándalo moral, más fácil de comprender y emocionalmente más potente para la audiencia.

Lo que queda fuera de la narrativa oficial es el verdadero trasfondo: la resolución judicial que obliga al gobierno a garantizar los recursos de la UNMa y a cesar la intervención. En lugar de abordar estos temas, el Ejecutivo crea una distracción que desvía la atención hacia un supuesto uso indebido del inmueble.

La espectacularización de la política

La política actual se mueve en el terreno de lo espectacular. En lugar de centrarse en debates sobre educación pública, derechos humanos o políticas migratorias, se generan escándalos que polarizan a la opinión pública. Este caso es un ejemplo claro: la universidad deja de ser vista como un espacio de formación y se convierte, en el imaginario colectivo, en un lugar de excesos y desvíos éticos.

El uso de términos exagerados y la viralización de imágenes funcionan como herramientas para alimentar este espectáculo. Al instalar el conflicto en el plano mediático, el gobierno no busca resolverlo, sino ganar una batalla simbólica que refuerce su posición política.

El ataque a los símbolos de resistencia

La UNMa, por su vínculo con la memoria y los derechos humanos, representa un símbolo que incomoda a ciertos sectores del poder. Atacar su credibilidad no solo debilita su impacto como institución, sino que también manda un mensaje claro a otros espacios críticos: nadie está a salvo de las campañas de desprestigio.

La decisión de cerrar el Centro de Integración para Personas Migrantes y Refugiadas, que funcionaba en el mismo edificio desde 2021, también refleja una política más amplia. Este centro, que brindó asistencia a más de 31.000 personas en situación de vulnerabilidad, es eliminado sin justificación clara. Al ocultar estas iniciativas y reemplazarlas por escándalos fabricados, el gobierno no solo ataca a la universidad, sino también a las políticas inclusivas que representa.

La crisis de la verdad

La verdad, en este contexto, pierde peso frente a la percepción. Las imágenes y las declaraciones impactantes tienen más fuerza que los documentos y las aclaraciones. La UNMa aporta pruebas concretas de que el inmueble no está bajo su órbita desde hace años, pero estas pruebas llegan tarde. La narrativa ya está instalada, y desmontarla requiere un esfuerzo mucho mayor que crearla.

Este caso revela cómo los conflictos políticos se transforman en espectáculos mediáticos que desinforman y polarizan. La manipulación de imágenes, la velocidad de circulación de las noticias y la simplificación de los relatos se combinan para moldear percepciones públicas que poco tienen que ver con la realidad.

Frente a esto, el desafío es recuperar el valor de los hechos y fomentar un debate público más riguroso. Solo así será posible enfrentar un contexto donde la imagen domina, la verdad se diluye y los símbolos de resistencia son constantemente atacados.

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