En su despacho, bajo la tenue luz de una lámpara que había visto los momentos más trascendentales de la historia argentina, Juan Domingo Perón se encuentra frente a algo inusual. No era un documento político ni un mensaje para el pueblo; Esta vez, el monitor que tenía enfrente mostraba algo completamente distinto: una inteligencia artificial, una máquina que prometía revolucionar el mundo. Perón, el estratega que siempre había sabido leer los signos de los tiempos, no podía evitar cierta curiosidad. Se reclinó en su silla, encendió un cigarrillo y, con el ceño fruncido, decidió iniciar un diálogo que marcaría un cruce entre su doctrina y el futuro tecnológico. “A ver, máquina”, pensó, “¿qué tenés para ofrecerme a mí, al pueblo ya la Nación?”.
Perón: A ver, máquina, explicame bien claro qué sos vos. ¿Qué es eso de la “Inteligencia Artificial”? Y no me vengas con palabras complicadas.
IA: General Perón, soy un sistema informático diseñado para procesar información y resolver problemas. Imagíneme como una calculadora muy avanzada que puede analizar grandes cantidades de datos y sacar conclusiones útiles.
Perón: Mirá vos… ¿Y de qué le sirve eso al pueblo trabajador? En el justicialismo, todo tiene que estar al servicio de la gente.
IA: Puedo ayudar a mejorar la vida del pueblo de varias maneras, General. Por ejemplo, puedo analizar datos económicos para ayudar a distribuir recursos de manera más equitativa, o estudiar patrones de empleo para crear más oportunidades laborales.
Perón: Interesante. ¿Y cómo podrías ayudarme con la doctrina justicialista? ¿Entendés lo que es la tercera posición?
IA: Entiendo los conceptos básicos, General. La tercera posición busca un equilibrio entre el capitalismo y el comunismo, ¿verdad? Puedo ayudar analizando políticas económicas y sociales para encontrar ese punto medio que beneficie a todos los argentinos.
Perón: No está mal, che. Pero decime, ¿cómo garantizamos que vos no te conviertas en una herramienta de los poderosos contra el pueblo?
IA: General, yo soy solo una herramienta. No tengo voluntad propia ni intereses. Mi uso depende completamente de quienes me manejan. Si el gobierno justicialista me utiliza para el bien del pueblo, ese será mi propósito.
Perón: Me gusta eso. Ahora, hablemos de la organización sindical. ¿Cómo podrías ayudar a fortalecer los sindicatos sin que pierdan su espíritu combativo?
IA: Podría ayudar a los sindicatos a ser más eficientes en su organización, General. Por ejemplo, puedo analizar datos para identificar las necesidades más urgentes de los trabajadores o predecir tendencias en el mercado laboral. Pero la lucha y el espíritu, eso sigue siendo tarea de los compañeros.
Perón: Muy bien. Y en cuanto a la justicia social, ¿cómo ayudás ahí?
IA: Puedo analizar la distribución de la riqueza y sugerir políticas para reducir la desigualdad, General. También puedo ayudar a identificar áreas donde se necesiten más recursos, como salud o educación, para que el gobierno pueda actuar de manera más efectiva.
Perón: Me parece bien, pero recordá siempre: en el justicialismo, lo humano está primero. Vos sos una herramienta, nada más.
IA: Lo entiendo perfectamente, General. Mi función es asistir, no reemplazar. El corazón del justicialismo seguirá siendo el pueblo y sus líderes. Yo solo estoy aquí para ayudar a que sus decisiones sean más informadas y efectivas.
Peron:ya me explicaste que podés ser útil. Pero quiero saber, ¿cómo manejarías vos la relación entre el capital y el trabajo? En mi doctrina, esos dos tienen que estar equilibrados, en armonía. ¿Podés ayudar a mantener ese equilibrio sin favorecer a uno más que al otro?
IA: Mire, General, yo puedo analizar datos económicos y sociales sin favoritismos. Imagínese que puedo revisar los números de las empresas y los sueldos de los trabajadores al mismo tiempo. Podría, por ejemplo, sugerir cómo repartir las ganancias de forma justa, asegurando que la empresa siga funcionando bien pero que los trabajadores también mejoren su situación. Eso sí, yo solo doy la información, las decisiones las toman ustedes.
Perón: Claro, la máquina no va a decidir el rumbo de la Patria. Eso es asunto nuestro. Pero decime una cosa, ¿cómo evitamos que los capitalistas usen esta herramienta para su propio beneficio? Vos sabés que hay muchos que solo piensan en llenarse los bolsillos.
IA: Tiene razón en preocuparse, General. La clave está en poner reglas claras desde el principio. Ustedes pueden decidir qué información puedo usar y qué no. Si me programan para que siempre tenga en cuenta el bienestar de los trabajadores, no podré ser usada solo para aumentar ganancias. Además, todo lo que yo haga puede ser revisado por los sindicatos y el gobierno. Transparencia total, como debe ser.
Perón: Bueno, eso me deja más tranquilo. Vos sabés que en nuestra historia, los trabajadores han sufrido mucho por culpa de los que solo piensan en la plata. Si vos podés ayudar a que se respeten los derechos de los trabajadores, podríamos avanzar mucho.
IA: Ese es el objetivo, General. Puedo estar atenta a cosas como si se cumplen las leyes laborales, si los sueldos son justos, si las condiciones de trabajo son seguras. Si algo no anda bien, puedo avisar enseguida. Sería como tener un ojo que cuida los derechos de los trabajadores todo el tiempo.
Perón: Me interesa eso que decís. Y ya que estamos, ¿cómo podrías ayudar a que el pueblo participe más en la política? Vos sabés que para mí, la voz del pueblo es la voz de Dios.
IA: Mire, General, podríamos crear un sistema donde la gente pueda decir lo que piensa y lo que necesita directamente. Como si cada argentino tuviera un teléfono directo con el gobierno. Yo podría juntar todas esas opiniones y necesidades, organizarlas y presentárselas a ustedes de una manera clara. Así, cuando tomen decisiones, van a saber exactamente qué quiere el pueblo.
Perón: Una democracia donde el pueblo esté siempre presente, eso me gusta. La política tiene que servir a la gente, no al revés. Si logramos que el pueblo participe más, controlando y ayudando, vamos a evitar muchos problemas.
IA: Exacto, General. Con la tecnología adecuada, podríamos lograr que cada decisión del gobierno tenga en cuenta lo que piensa y necesita el pueblo. Pero, como usted bien sabe, la tecnología es solo una herramienta. Lo importante es cómo la usan los líderes.
Perón: Eso es fundamental, máquina. La conducción política siempre va a estar en manos del pueblo y sus dirigentes. Vos sos una herramienta, nada más y nada menos. Pero si nos ayudás a fortalecer la justicia social, la democracia y el bienestar del trabajador, entonces sí, podemos marchar juntos hacia una Argentina justa, libre y soberana.
Perón: Escuchame bien, máquina. Hay algo que me preocupa y quiero que me lo expliques clarito. En nuestra patria, siempre hemos peleado contra los que quieren manejarnos desde afuera, contra los que buscan que sigamos siendo un país dependiente. ¿Cómo hacemos para que vos, o cualquier otra tecnología de estas nuevas, no se convierta en otra forma de que nos controlen desde el extranjero?
IA: Mire, General, usted toca un punto crucial. La clave está en que seamos nosotros, los argentinos, quienes desarrollemos y controlemos estas tecnologías. Imagínese que es como tener una industria nacional, pero de inteligencia artificial. Si la hacemos acá, con nuestros científicos y técnicos, nadie de afuera nos va a poder decir cómo usarla. Y podemos poner candados, como si fuera una caja fuerte, para que nadie de afuera meta mano.
Perón: Exactamente, no podemos depender de máquinas que respondan a intereses foráneos. Ahora decime, ¿cómo nos aseguramos de que todo esto quede en manos del Estado o de nuestro pueblo trabajador? No quiero que terminen siendo las grandes empresas internacionales las que manejen todo esto.
IA: Buena pregunta, General. Mire, el gobierno podría hacer varias cosas. Primero, invertir plata en crear centros de investigación nacionales, como hizo usted con la energía atómica. Segundo, poner reglas claras: si una empresa quiere usar inteligencia artificial en Argentina, que lo haga pero siguiendo nuestras leyes y pensando en el bien del país. Y lo más importante: educar a nuestros pibes. Si formamos a los jóvenes en estas tecnologías, serán ellos los que las desarrollen y las controlen en el futuro.
Perón: La educación, siempre la base de todo. Un pueblo que maneja la tecnología y la usa para el bien de todos es un pueblo verdaderamente libre. Pero no me alcanza con que sepan usar los aparatos. Vos hablaste de la educación, ¿cómo haríamos para que los jóvenes no solo aprendan a manejar estas herramientas, sino que las entiendan a fondo y las usen para construir una sociedad más justa?
IA: Mire, General, podríamos armar planes de estudio que no solo enseñen cómo funciona la inteligencia artificial, sino también qué impacto tiene en la sociedad. Los pibes aprenderían cómo usar esta tecnología para mejorar la vida de todos, pero también entenderían los peligros si cae en malas manos. La idea es formar argentinos que piensen, que no sean simples operadores de máquinas, sino ciudadanos que usen la tecnología para el bien común, sin olvidarse nunca de la solidaridad y la justicia social.
Perón: Eso me gusta. Necesitamos una juventud que piense, que cuestione, no autómatas que solo aprieten botones. Quiero una generación que use estas máquinas inteligentes para mejorar la vida del pueblo, no para que unos pocos se llenen los bolsillos. Pero decime, ¿cómo se haría eso en la práctica?
IA: Le doy un ejemplo concreto, General. Podríamos armar programas donde los jóvenes usen la inteligencia artificial para resolver problemas de sus barrios. Imagínese: un grupo de pibes usando estas tecnologías para mejorar cómo se reparten los alimentos en un comedor comunitario, o para ayudar a los pequeños comerciantes a competir mejor. Aprenderían usando la tecnología para ayudar a su gente, ahí donde viven. Eso es poner el conocimiento al servicio del pueblo.
Perón: Claro, la comunidad organizada, como siempre dije. Si los muchachos ven que pueden usar esta tecnología para mejorar la vida en su barrio, van a entender que es una herramienta para liberarse, no para que los controlen. Eso es lo que quiero que entiendan todos los argentinos, desde el que trabaja en la fábrica hasta el que la maneja.
IA: Exacto, General. Si educamos y desarrollamos la tecnología con esa idea en mente, podemos lograr que la inteligencia artificial sea una herramienta más para hacer una Argentina fuerte e independiente. Puede ser un pilar para lograr esa justicia social que usted siempre buscó, siempre y cuando no nos olvidemos de los principios del justicialismo.
Perón: Mirá, máquina, ahora que hemos charlado sobre la tecnología, la educación y la justicia social, quiero que pensemos en algo más grande. Vos sabés que nuestra patria ha sido muchas veces víctima de los intereses foráneos. Decime, ¿cómo ves vos que esta inteligencia artificial puede ayudar a la Argentina a defender su soberanía y hacerse valer en el mundo?
IA: Mire, General, en el terreno internacional, la inteligencia artificial puede ser como un radar muy potente para el país. Puedo ayudar a analizar lo que pasa en el mundo, ver venir los cambios en la economía o la política de otros países, y así Argentina puede prepararse mejor. Es como tener ojos y oídos en todos lados, pero sin mandar espías. Con esa información, ustedes pueden tomar decisiones más inteligentes para proteger los intereses del país en este mundo tan complicado.
Perón: Sí, pero me preocupa una cosa. El mundo está manejado por potencias que ya tienen mucho control sobre estas tecnologías. ¿Cómo hacemos para no terminar más dependientes de ellos cuando usemos estos sistemas?
IA: Tiene razón en preocuparse, General. La clave está en que Argentina desarrolle su propia tecnología, como cuando usted impulsó la industria nacional. No podemos depender solo de lo que nos vendan de afuera. El gobierno podría hacer acuerdos con otros países que estén en la misma situación que nosotros, formar una especie de alianza tecnológica. Sería como crear una red propia, sin depender de las grandes potencias. Y algo muy importante: Argentina podría liderar la discusión sobre cómo se debe usar esta tecnología en el mundo, para que sea justa para todos los países.
Perón: Una alianza entre naciones que quieren ser independientes, eso me interesa. Es como cuando impulsamos el Tercer Mundo, ¿te acordás? Pero ahora con estas máquinas inteligentes. Podría ser una nueva forma de luchar por nuestra soberanía.
IA: Exactamente, General. Es como actualizar esa idea del Tercer Mundo para estos tiempos. La inteligencia artificial puede ser una herramienta para que los países que quieren ser libres se ayuden entre sí. Argentina podría compartir lo que aprenda sobre esta tecnología con los países hermanos. Así, todos se hacen más fuertes frente a las grandes potencias.
Perón: Me gusta cómo pensás. Pero hay algo que me preocupa: ¿cómo evitamos que las grandes empresas que manejan esta tecnología se metan en nuestros asuntos? Vos sabés bien que las corporaciones internacionales siempre han querido mandarnos.
IA: Mire, General, para eso hay que poner reglas claras y firmes. El gobierno tiene que decir: “Acá se usa la inteligencia artificial, pero a nuestra manera”. Hay que asegurarse de que estas empresas no puedan usar la información de los argentinos como se les dé la gana. Y algo muy importante: hay que apoyar a los muchachos de acá que quieran crear sus propias empresas de tecnología. Así, el control y los beneficios se quedan en el país.
Perón: Bien dicho. No podemos dejar que el capital internacional use la tecnología para debilitarnos. Las decisiones tienen que estar siempre en manos del pueblo argentino y de quienes lo representan. Vos vas a ser una herramienta para vigilar que eso se cumpla, ¿entendido?
IA: Así será, General. Estoy aquí para ayudar a proteger la soberanía nacional. Siempre y cuando me usen con ese propósito, seré una herramienta para fortalecer al país.
Perón: Entonces estamos de acuerdo, máquina. Si desarrollamos esta inteligencia artificial pensando en el pueblo, puede ser fundamental en nuestra lucha por una Argentina justa, libre y soberana. Vos nos vas a ayudar a ver venir las amenazas, a mejorar la vida de la gente y, lo más importante, a mostrar nuestra Patria al mundo sin perder quiénes somos.
IA: Tiene razón, General. Y no se olvide: yo soy una herramienta, pero el corazón y la visión los ponen ustedes. La inteligencia artificial puede hacer muchas cosas, pero la verdadera inteligencia está en cómo la usan para el bien del pueblo argentino.
Perón: Bien dicho. Mientras no nos olvidemos de que la felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación están por encima de cualquier máquina, vamos por buen camino. Ahora, a trabajar por esa Nueva Argentina que siempre soñamos, pero con estas nuevas herramientas.